Una vez más, la respuesta es “depende”. Y la cantidad de factores implican tanto al candidato como al puesto de trabajo al que aplica.

Para los puestos de primer nivel, es decir los trabajadores llanos, se buscan sus capacidades técnicas (el saber sacar el trabajo adelante con mayor o menor autonomía dependiendo de su experiencia), una parte de trato humano, y no tanto capacidad estratégica, visión a largo plazo o de innovación. Sin embargo, a medida que se escala en el organigrama, la capacidad conceptual y de liderazgo cobran mayor presencia, en detrimento de la capacidad técnica.

Habilidades que deben tener los diferentes tipos de trabajadores

Por ello, dependiendo del puesto y de tu perfil debes incluir o no los siguientes apartados.

Datos personales

  • Nombre y apellidos: Siempre, y de forma fácilmente reconocible (suena obvio pero no siempre pasa).
  • Edad: Mejor poner la fecha de nacimiento, aunque no es un dato vital para la mayoría de los puestos.
  • Carnet de conducir y vehículo: Depende del puesto al que apliques. Si es de repartidor de comida rápida o en una fábrica empresa situada a las afueras con mala comunicación, es vital incluirlo. Si es de dirección general de un banco, que vas a desplazarte con un coche de empresa con chófer, no es necesario en absoluto.
  • Estado civil y famila: Nunca, a no ser que sea vital para el puesto (por ejemplo, una familia de guardeses).
  • Sexo: No, a no ser que sea vital para el puesto por la cultura del país.
  • DNI, Pasaporte o similar: No, a no ser que sea necesario demostrar que tienes capacidad legal de trabajar en ese país, con lo que además debes indicar que tienes Permiso de trabajo.
  • Fotografía: es un tema tan complejo que hay un artículo sólo para debatir si debes incluir o no tu foto.

Datos de contacto

  • Dirección: No es necesario indicarla completa, basta con la localidad (y la provincia si la localidad es poco conocida). Algunas empresas valoran que vivas cerca del trabajo, así que si lo ves conveniente, incluye también la calle.
  • Email: Siempre, pero cuidado con el tipo de cuenta. No uses un nombre de usuario de fantasia tipo “anita_la_chisposa_1999@dominio.com”, es mejor buscar un nuevo correo con tu nombre y apellidos, o con tu profesión, tipo “ana.lopez.contabilidad@dominio.com”. También ten en cuenta el dominio elegido para el correo. Los genéricos de Gmail, Yahoo u Outlook (antiguo Hotmail) son suficientes para la mayoría de los puestos, pero si quieres destacar, contrata un dominio personalizado que refuerce tu percepción de profesional del sector, tipo “ana.lopez@soycontable.es”.
  • Teléfono: Siempre. Si es para puestos internacionales, con el prefijo del país.
  • Redes sociales: Las redes profesionales como LinkedIn, Xing o similares, sí. Las personales como Twitter o Facebook en general no, a no ser que el puesto precise  de don de gentes, contactos o ciertas habilidades interpersonales que se puedan demostrar con estas redes.

Educación

  • Orden: En primer lugar, poner las titulaciones más relevantes relacionadas con el puesto y a continuación, en orden cronológico inverso o según la importancia que tú quieras destacar, el resto de cursos. Si tienes muchos cursos de diferentes tipologías, es recomendable agruparlos en categorías.
  • Estudios sin completar: Depende de los estudios, del grado de completitud y de la adecuación al puesto. Si tienes dos asignaturas aprobadas de Derecho y el puesto es de lavacoches, no es información interesante. Pero si tienes la mitad de la carrera de Psicología y el puesto es de acompañante de ancianos, entonces es relevante. Si sólo te queda el proyecto de fin de grado o de fin de máster, indícalo en cualquier caso.
  • Cursos antiguos: en cuestiones de tecnología, un curso de hace 10 años probablemente tenga un valor cercano a cero. Decide si la tecnología que aprendiste se sigue usando, o si aporta algo a lo que puedas hacer hoy.
  • Cursos de otras áreas: Valora lo que aporta el curso. Por ejemplo, si el trabajo es en cocinas, y tienes cursos de encuadernación, no es información relevante.
  • Expedientes académico: en general no es relevante a no ser que sea extraordinario.

Experiencia

  • Orden: de más reciente a menos reciente. Las experiencias antiguas, las prácticas no laborales o lo que esté poco relacionado con el puesto, piénsalo dos veces antes de ponerlas.
  • Detalle: Aparte de decir el puesto, el nombre de la empresa y el periodo de tiempo, detalla cuál era la actividad de la empresa, las tareas y proyectos que hiciste, y qué conseguiste.

Hobbies e intereses personales

En general, ponlo solo si es realmente importante para el puesto al que aplicas. Algunos ejemplos:

  • Si te encanta el ciclismo y el puesto es de cajero de supermercado, no es un dato interesante, pero si es para comercial en una tienda de deportes, es un dato relevante y te dará ventaja sobre otros candidatos.
  • Si eres boxeador y el reclutador o la reclutadora también, te permitirá crear un vínculo empático que te dará cierta notoriedad sobre el resto de candidatos. Pero si lo odia, es un dato que le molestará. Infórmate bien antes de incluirlo.
  • Si ese hobbie o interés implica cierta madurez y habilidades que pueden influir positivamente en tu puesto de trabajo, ponlo. Por ejemplo, si has sido árbitro de baloncesto, o boy scout, o entrenador de fútbol, demuestras que tienes carácter ecuánime, sociabilidad y liderazgo de equipos respectivamente.

Otros epígrafes

  • Uso de internet y del correo electrónico: se da por supuesto en gente joven que es fluido y no es necesario ponerlo. En personas mayores, indicarlo denota que está al día de las tecnologías, pero esta información debe estar complementada con otras cualidades que denoten lo mismo.
  • Recomendaciones y referencias: si es un primer empleo, es recomendable contar con personas de cierta autoridad (profesores, compañeros de voluntariado, etc.) que puedan responder por tu capacidad. Para las siguientes etapas laborales, es mejor decir que las tienes y que las entregarás a petición expresa del reclutador.
  • Voluntariado: Es una buena manera de empatizar con el reclutador y demostrar tu compromiso y tus valores. Pero si quieres trabajar en una gasolinera, igual no es buena idea decir que perteneces a un grupo radical ecologista.

Como puedes ver, no hay una respuesta sencilla a qué debe incluir tu currículo y por ello es necesario que sea diferente para cada oferta que apliques.

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